Cuando el divorcio se produce, los padres sufren un estrés que comunican a sus hijos, en el mejor de los casos trasmitiéndole sus propios sentimientos y en casos peores porque tienen que presenciar fuertes discusiones e incluso agresiones entre los progenitores y consecuentemente la ausencia de uno de ellos.

Repercusiones del divorcio

La mayor parte de las veces se negocia el lugar donde los hijos van a vivir, pero en otras ocasiones termina en un proceso judicial que adjudica la custodia a uno de los padres o a ambos. Este proceso, a menudo, es una tortura para los hijos que se encuentran divididos entre dos lealtades.
Si las relaciones de los padres son normales, los niños pasan un año de adaptación, pero todo vuelve a la normalidad. Lamentablemente esto no siempre es así, cuando las relaciones entre los miembros de la pareja son malas las repercusiones emocionales negativas en los hijos suele ser lo habitual.
Las relaciones conflictivas de la pareja pre y post divorcio se relacionan con la disminución de los niveles de rendimiento en los niños, tanto académico como social. Amato (1994) señala que las alteraciones más frecuentes son: el descenso de rendimiento escolar, el desajuste social, el desajuste emocional, problemas de conducta, droga, precocidad en las relaciones sexuales y problemas para contraer matrimonio en la edad adulta.

Consecuencias para los hijos

Los estudios indican que los niños se ven más afectados entre los 7 y 12 años de edad (Pons y del Barrio, 1996).
La gravedad de las repercusiones para los hijos y los propios padres aconseja ayuda profesional, para un buen curso del proceso y una adecuada adaptación a la nueva situación familiar de los menores.
Los estilos en la educación suelen cambiar tras el divorcio, los padres no custodios se vuelven más condescendientes para recuperar mediante la permisividad el tiempo que no pasan con sus hijos y así alcanzar su favor. Esto se debe evitar, pues una educación diferente por parte de sus progenitores y la falta de disciplina son elementos que repercuten negativamente en los niños.

Recomendaciones para los padres

Enumerare una serie de recomendaciones a tener en cuenta por los padres divorciados a la hora de minimizar el impacto negativo en sus hijos. Como premisa lo ideal sería divorciarse amistosamente, es evidente que cuando alguien toma esa decisión es porque no se lleva bien con el otro, pero justamente la separación supone el cese de ese problema y por tanto debería ser el fin de los conflictos por el bien de los hijos. Aspectos a tener en cuenta:
1. El niño debe enterarse de la separación por sus padres, que son los responsables de la situación y deben afrontarla juntos ante los hijos. Es necesario preparar esta situación en función de la edad de los hijos.
2. Se debe dejar claro que es una situación definitiva. Los niños se suelen aferrar a la posibilidad de reunificación, este hecho les impide adaptarse a la situación real.
3. Hacerle ver que la separación no tiene nada que ver con él.
4. Igualmente hacerle ver, que si bien sus padres no se quieren como antes, nada cambia el amor que sienten por él, que es incondicional.
5. El niño debe tener claro dónde y con quién va a vivir, si es necesario algún cambio y en general que cosas van a permanecer y van a cambiar en su vida cotidiana.
Todo lo anterior hace referencia a lo que los padres deben hacer, pero también hay una serie de errores que se deben evitar por el bien de nuestros hijos y su buena adaptación:
1. No hablar mal del otro cónyuge. Los padres, aunque no en pareja, siguen siendo sus padres y lo mejor para los niños es ser querido por ambos.
2. Someter al niño a interrogatorios cuando vuelve del período de visitas.
3. Inmiscuirse en la vida sentimental del ex cónyuge.
4. Imponer la presencia de una nueva pareja a los hijos, si no se está absolutamente seguro de la solidez de su permanencia.
5. Rechaza y criticar a la nueva pareja del ex cónyuge.

Conclusiones

El divorcio es una fuente de estrés para padres y para hijos, pero para un niño puede ser nefasto un matrimonio conflictivo. Si se da el paso de la separación, se debe tener la fortaleza para hacerlo de la mejor manera posible sin perjudicar a los hijos. La ayuda de un profesional es clave para conseguirlo.

Juan Miguel San Martín Rodríguez. Psicólogo Sanitario

Referencias bibliográficas:
Amato, P.R. (1994). Life-span adjustment of children to their parent´s divorce. The future of children: Children and divorce, 4, 143-164.
Del Barrio, V. y Junco, T.(2010). Psicología Forense y Derecho de Familia. En García, B., Carrasco, M.A. y Serrano, A. Psicología Forense, Volumen II (1-26). Sanz y Torres: Madrid
Pons G. y del Barrio, V. (1996). Los efectos de la frecuencia de las visitas del padre que no tiene la custodia sobre la percepción y el estado emocional de los hijos de padres separados. Surgan, S.E. XLVIII, 444, 43-55.