La estimulación cognitiva engloba todas aquellas actividades que se dirigen a mejorar el funcionamiento cognitivo en general: memoria, lenguaje, atención, concentración, razonamiento, abstracción, operaciones aritméticas y praxias; por medio de programas de estimulación.

Consiste en estimular y mantener las capacidades cognitivas existentes, con la intención de mejorar o mantener el funcionamiento cognitivo y ralentizar el deterioro cognitivo que se produce con él transcurso de los años.

En las personas mayores con algún tipo de demencia, lo más importante es que al trabajar sobre las capacidades residuales (las que aún conservan) de la persona (y no las que ya ha perdido), se logra evitar la frustración. Todo esto contribuye a una mejora global de la conducta y estado de ánimo, como consecuencia de una mejora de autoeficacia y autoestima de la persona.

Son muchas las actividades que podemos encontrar diseñadas para estimular las capacidades cognitivas. Estas actividades están normalmente diseñadas para ser trabajadas dentro de un contexto terapéutico donde se va acompañando su realización por un profesional que guie la ejecución.

Áreas de intervención

A continuación, se describen las distintas áreas sobre las que se interviene y la importancia de las mismas en nuestra cognición:

Atención

La atención es la aplicación voluntaria de la actividad mental a un determinado estímulo. Esta capacidad se trabaja para mejorar y mantener la capacidad de concentración y atención de la persona y su nivel de alerta. Normalmente se usa cualquier actividad en la que el paciente deba mantener la concentración en uno o varios estímulos.
Se suele presentar de manera escalonada tanto en el tiempo de atención, como en los estímulos-objetivos.

Funciones ejecutivas

Son habilidades cognitivas que son autodirigidas y son necesarias para planificar, organizar, guiar y revisar el comportamiento con el fin de alcanzar una meta. Entre las facultades trabajadas se encuentran el razonamiento, el control atencional y la toma de decisiones.
En este tipo de actividades se entrena la planificación temporal de la propia conducta y la capacidad de secuenciar y organizar la información.
Para ello, se busca que la persona clasifique los estímulos más relevantes mediante el razonamiento de la información presentada y tome decisiones sobre la prioridad de cada estímulo.
Esto requiere una compresión óptima del lenguaje abstracto.

Lenguaje

El entrenamiento cognitivo del lenguaje se trabaja desde tres aspectos fundamentales; la capacidad comunicativa, la expresión y la comprensión.
El entrenamiento radica en la denominación de objetos, la sinonimia y la antonimia, el uso de verbos, el orden gramatical correcto de las palabras (artículos, determinantes, preposiciones…).
Favorece la adquisición o refuerzo del vocabulario. Un ejemplo de actividad es el juego del “ahorcado” donde hay que adivinar una palabra eligiendo una a una las letras que la componen.
El uso del lenguaje es un factor socializador de primer nivel, por lo que un problema en el lenguaje puede conllevar dificultades en la vida diaria.
Es fundamental para poder comunicar lo que se necesita pero también para comprender lo que otros dicen.

Percepción

La percepción es el acto de recibir, interpretar y comprender las señales sensoriales que provienen de los cinco sentidos orgánicos.
Estimular la capacidad para identificar los objetos del entorno e interpretar el significado de la información.
Por lo tanto se pretende trabajar sobre el reconocimiento de las características más destacables de los estímulos (normalmente visuales); forma, color, contorno, tamaño…

Memoria

La memoria es la capacidad de codificar, almacenar y recuperar la información aprendida o experimentada. Se trabaja a través del aprendizaje, el mantenimiento y la recuperación de la información.
Dentro de la memoria se puede distinguir entre:
Memoria explícita o declarativa que es la más consciente, y que a su vez se puede distinguir la memoria episódica (recuerdo de los sucesos, experiencias… vividas) y la memoria semántica (vocabulario, significado de los objetos…).
En cambio, la memoria implícita o procedimental es aquella que hace referencia a las acciones aprendidas que se ejecutan de manera inconsciente.
Se suele trabajar sobre la memoria explícita.
Como ejemplo del trabajo en la memoria episódica sería “descubre la pareja”; descubrir parejas de objetos dibujados en cartas situadas boca abajo, teniendo que darle las vuelta de dos en dos y si no se encuentra una pareja, volverlas a dar la vuelta.
La memoria semántica se puede trabajar a través del emparejamiento de elementos asociándolos a la categoría a la que pertenecen.

Visoconstrucción

Integra aspectos viso-perceptivos, viso-espaciales, funciones ejecutivas y actividad motora.
Rehabilitar y entrenar la capacidad visoconstructiva, la grafomotricidad, control motor de la escritura, mecánica de la lectura y cálculo simple.
Se trabaja sobre de la capacidad de organizar y ejecutar los movimientos necesarios para planificar una serie de elementos en el espacio con el fin de formar un dibujo o figura.

Orientación

Es la capacidad de ubicarse dentro de un espacio (orientación espacial) y tiempo (orientación temporal). Además, dentro de este contexto se suma, la orientación personal, definida como la capacidad de integrar la información referente a la identidad personal (edad, estado civil…).
Se trabaja la capacidad de situarse dentro de cada momento o situación, por lo que es importante saber discriminar los aspectos destacables del entorno (espacio) y del momento (tiempo) para ajustar la conducta, por ejemplo, desayunar por la mañana o acostarse por la noche.

Praxias

Son habilidades motoras o movimientos organizados que se han ido adquiriendo para llevar a cabo un objetivo.
Al realizar cualquier actividad con algún componente motor, recurrimos a las praxias. Esta habilidad de ejecutar un movimiento se utiliza en múltiples tareas como vestirse, sonreír, hablar… lo que además conlleva un conocimiento de las funciones de los objetos o herramientas que se deben usar para realizar la actividad.
Por lo tanto, una incapacidad para realizar este tipo de acciones se conoce como apraxia.

Gnosias

Es la capacidad de utilizar los sentidos para reconocer información que ha sido aprendida previamente. En este caso, se distingue una gnosia por cada canal sensitivo (gnosias visuales, gnosias auditivas, gnosias táctiles, gnosias olfativas y gnosias gustativas) aunque también hay gnosias que combinan varios canales (esquema corporal).
Las gnosias forman parte del reconocimiento de la información que se obtiene en todos los aspectos, ya sea reconocer una cara o identificar una canción.
Dependiendo de la gnosias que se desee trabajar podremos aplicar actividades específicas, por ejemplo para trabajar una agnosia visual, se puede presentar imágenes incompletas para que la persona los reconozca.

Cognición social

Este concepto se relaciona con la forma en la que se da sentido a la información a través de los procesos cognitivos y emocionales propios que influyen en la forma de interpretar, analizar y recuperar la información del entorno.
Trabaja sobre la experiencia en las relaciones sociales de la persona y sobre la información que tras su experimentación queda: interpretar emociones, ponernos en el lugar del otro… Por ejemplo poner una serie de imágenes con rostros que expresan emociones y pedirle que las identifique.

Ante ciertas dolencias, no podemos hacer más que paliar los síntomas y procurar que la enfermedad retrase su avance. No obstante, este tipo de actividades son recomendables aún no existiendo ninguna enfermedad, ya que el cerebro como cualquier músculo, necesita entrenamiento para mantenerse en forma.

Juan Miguel San Martín. Psicólogo sanitario